La sociedad anónima deportiva es un tipo de sociedad de carácter mercantil concebida para los clubes deportivos profesionales. Fue introducida por la Ley 10/1990, de 15 de octubre, del Deporte, como solución al elevado endeudamiento que presentaban los clubes, al permitir mayores opciones de financiación. Es la forma de sociedad que deben ostentar los clubes que participan en competiciones profesionales, con la excepción de cuatro clubes de la primera división española de fútbol, a los que se les permitió seguir siendo clubes deportivos privados con base en su buen rendimiento económico cuando entró en vigor esta ley: el Real Madrid, el Athletic de Bilbao, el FC Barcelona y el Osasuna, que siguen siendo clubes deportivos privados.
Este tipo de sociedad ha generado protagonismo mediático recientemente debido a la delicada situación económica en la cual se encuentra el FC Barcelona, con deudas cercanas a los 1.500 millones de euros al cierre del año fiscal 2021/2022, lo que lleva al planteamiento de la posible transformación del club hacia una sociedad anónima deportiva con el fin de poder hacer frente a estas deudas.
La conversión del FC Barcelona en una sociedad anónima deportiva supondría cambios sustanciales en el club, que, tras previo acuerdo con los socios, pasaría de ser una asociación deportiva privada de personas físicas sin ánimo de lucro, a ser una sociedad de capital, y, por tanto, con ánimo de lucro, en la cual los socios actuales perderían derecho a voto en las decisiones de la entidad, las cuales serían tomadas por los accionistas, previsiblemente, nuevos inversores que aportarían el capital necesario para enjuagar la deuda y vitalizar financieramente a la entidad para cubrir proyectos tan decisivos como las obras del estadio y la inversión en plantilla.
Respecto a la financiación de la entidad, bajo el paraguas de una sociedad anónima deportiva, se abriría la opción de su cotización en el mercado bursátil, y se podría contemplar también la entrada inicial de un gran inversor mediante la suscripción de las nuevas acciones emitidas, una opción cada vez más habitual en el mundo del fútbol; esta operación supone una rápida y cuantiosa inyección económica que permite el saldo de deudas, a la vez que la posibilidad de disponer de un elevado presupuesto deportivo para competir al más alto nivel, siendo ejemplo de ello clubes como el Manchester City o el París Saint-Germain. Normalmente, la operación de transformación se realiza una vez negociada la entrada del socio de referencia o de control. Otra opción sería adoptar el modelo híbrido utilizado por el Bayern de Múnich, en la que los socios poseen el 51% de las acciones del club mientras que el 49% restante está repartido entre inversores capitalistas con arraigo en la zona de Baviera.
La conversión del club en una sociedad anónima deportiva supondría también un cambio en la forma de gobierno de la entidad, que pasaría a ser administrada por un consejo de administración, dejando de lado el sistema actual, en el que los socios deciden, mediante una Asamblea General, el gobierno del club.
La directiva del FC Barcelona, con el fin de evitar la transformación hacia una sociedad anónima deportiva, ha tratado de mejorar su situación económica a corto plazo mediante la renegociación de la deuda a largo plazo, la venta del 25% de sus derechos televisivos, y la venta del 24,5% de “Barça Studios”, la empresa productora audiovisual y de negocio digital del club.
El club también ha optado por tratar de revertir la situación actual mediante una elevada inversión en el mercado de fichajes, con la finalidad de reforzar la marca y obtener mayores ingresos con base en un buen rendimiento deportivo. No obstante, el FC Barcelona no está consiguiendo obtener los resultados deportivos esperados, al haber sido eliminado en la fase de grupos de la Liga de Campeones, lo que puede suponer una devaluación del atractivo de la marca respecto a presentes y futuros anunciantes e inversores.
Está por ver si este club con una larga y exitosa historia deportiva, gran interés mediático internacional, y con una plantilla competitiva, va a poder superar la actual negativa coyuntura económica sin modificar su naturaleza de club deportivo, o va a seguir el camino que siguieron otros clubes con situaciones económicas similares, convirtiéndose en una sociedad anónima deportiva.
Óscar Vilá
Vilá Abogados
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4 de noviembre de 2022